A continuación vamos a hablar de algunos de los motivos por los que, tanto el proceso de individualización como el plan de entrenamiento fracasan. Hechos, la mayoría de los cuales son fácilmente subsanables, pero que terminar por limitar tanto las posibilidades del deportista, como la capacidad del preparador.
Al contrario de lo que pueda parecer, la experiencia me ha demostrado que son pocos los deportistas que alcanzan grandes hitos dentro del mundo del ciclismo. A pesar de volcar todo nuestro empeño, trabajo y conocimiento en ellos, y de ser correspondidos de la misma manera, los resultados en algunos casos no están garantizados. Ya sea por limitaciones genéticas, por falta de tiempo, cargas familiares, trabajo, rutina… una serie de circunstancias adversas que no terminaríamos de enumerar, con un largo etcétera. Se suele dar el caso, de que aquellos a los que me gusta datar como el grupo de los elegidos (deportistas con cualidades genéticas y/o técnicas innatas), son los más volubles y los que menos capacidad de sacrificio ofrecen. Por supuesto hablamos de casos concretos. También he vivido casos de deportistas que con todo en contra (genética, tiempo, condiciones familiares, estudios… ), han roto el molde y se han convertido en auténticos referentes no solo a nivel deportivo, sino como ejemplos a seguir dentro de nuestra pequeña sociedad.
Quizás ahí esté la clave, en la transición estímulo-respuesta. Sin llegar a ser algo físico, solo con la necesidad del compromiso suficiente por ambas partes, de que el sacrificio va a ir mucho más allá de un objetivo concreto, proyectando la ambición hasta convertir el trabajo en un hábito de vida. Es entonces cuando aparecen lo verdaderos resultados. Mi trabajo comienza a tomar sentido, cuando elijo a los deportistas en base a su madurez, a un compromiso enraizado con firmeza hacia todos los lugares a donde le lleve la vida. No se trata de subir y sumar, no se trata de alcanzar el techo a toda costa; hablamos no sólo de llegar, sino de mantenerse.
Si tuviese que enumerar de alguna forma los que considero, son los principales motivos por los que un proyecto deportivo fracasa, serían los siguientes:
-Sinceridad:
Se conoce por sinceridad a la cualidad relacionada con decir o hacer cosas con honestidad, sin fingir ni faltar a la verdad. La sinceridad es lo opuesto a la hipocresía, la falsedad y la mentira. La palabra sinceridad deriva del término “sinceritas”, del latín, que se refiere al actuar sin fingir o expresarse sin mentir. La sinceridad se relaciona con cualidades y virtudes como la verdad, la honestidad o la sencillez. A su vez, la sinceridad consiste en tener una forma de ser que no finge ser algo distinto. Por todas estas características la sinceridad es considerada una cualidad moral y una virtud muy valorada. Dentro de la sinceridad se conjugan valores como el respeto, la honestidad y apegarse a la verdad. Una persona sincera se caracteriza por decir la verdad, no ser falsa, ni hipócrita ni tener intenciones deshonestas. La sinceridad es una cualidad moral muy valorada en nuestra sociedad, sobre todo en las relaciones sociales. -APA “Sinceridad” (s/f.). En DeSignificados.com
Es imprescindible que antes de empezar a trabajar con un deportista, todas las cartas estén encima de la mesa. Tenemos que generar en él/ella la suficiente confianza como para que nos cuente absolutamente todo lo que necesitamos saber, y que pueda condicionar de una forma u otra el proyecto en el que nos embarcamos. Además, esa sinceridad ha de ser recíproca, evitando generar falsas expectativas.
-Comunicación:
El término comunicación en su sentido más amplio refiere a la acción y resultado de comunicarse. Cuando los seres humanos nos comunicamos entre sí estamos compartiendo cuestiones, llevando a que las situaciones propias sean comunes con el otro y con las que este tenga. Por tanto, la comunicación es una actividad absolutamente humana y parte de la relación de las personas en cualquier ámbito y momento de la vida. - Florencia Ucha. Definición ABC (Junio 2010).
El famoso feedback. El tránsito de información en ambas direcciones, fluido y constante, contrastando datos, ajustando detalles. Este aspecto se rige como fundamental y necesario, no solo a nivel deportivo, sino en cualquier tipo de relación social. Va de la mano del primer punto (sinceridad), sin el que es imposible sostenerlo.
-Paciencia:
Quizás el punto más marginado de los tres, que condiciona el resultado de los dos primeros. Aquí podríamos incluir como punto inicial el marcar objetivos realistas, acordes con el rendimiento de nuestro deportista y el tiempo que disponemos hasta la consecución de los mismos.
Muchos ciclistas no entienden que el estado de forma es algo fluctuante, que varía en función a la planificación deportiva y el momento de la temporada en el que nos encontramos. Por mucho que intentemos explicarles que es algo antinatural, algunos no lo ven así y quieren rendir más, día tras día. Se da el caso de los que consideran un entrenamiento como algo milagroso, que les va a hacer destacar de manera inmediata por encima del resto, sin tener en cuenta su capacidad, genética, limitaciones… y que los demás deportistas también entrenan; “hoy en día hay que ir más rápido para mantenerse en el mismo lugar” - Ph. Kotler.
En lo que respecta a los entrenadores, muchos de los deportistas que he conocido, venían “rebotados”, “quemados” por métodos exhaustivos que no tenían en cuenta la persona con la que estaban trabajando. Seguir la tablilla de los parámetros establecidos no siempre da buenos resultados. Debemos tener empatía, inteligencia emocional, algo que nos ayudé a ver más allá de los objetivos, que mantenga la motivación intacta y se centre en la persona.
Dentro del proyecto deportivo que vengo desarrollando los últimos años en la escuela de ciclismo, aparece como objetivo fundamental el hecho de que los niños puedan desarrollar su futuro en torno al deporte. No hablamos de la posibilidad de ser corredores profesionales, ya que dadas las circunstancias, son muy pocos los que llegan a conseguirlo. Los guío en función a sus características y ambiciones, de manera realista, ofreciéndoles la posibilidad de permanecer ligados al deporte con el que disfrutan desde que tienen consciencia, el resto de su vida. Así tenemos muchachos que se están formando ya en módulos de mecánica para bicicletas, otros quieren ser entrenadores, fisioterapeutas, etc. En eso consiste nuestro proyecto a largo plazo, y es ahí donde tiene origen nuestro concepto del principio universal de individualización.
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