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Foto del escritorDiego Aday Villena Torres

ESTADO NUTRICIONAL

El estado nutricional es la situación de salud y bienestar que determina la nutrición en una persona o colectivo. Las personas tenemos necesidades nutricionales concretas y que deben ser satisfechas. Un estado nutricional óptimo se alcanza cuando los requerimientos fisiológicos, bioquímicos y metabólicos están adecuadamente cubiertos por la ingestión de nutrientes a través de los alimentos. Se evalúa a través de indicadores antropométricos, bioquímicos, inmunológicos o clínicos. Mediante la evaluación del estado nutricional a través de indicadores antropométricos (peso, talla, IMC, composición corporal, etc.) es posible diagnosticar que una persona se encuentra en un peso bajo, peso normal, sobrepeso u obesidad y que por tanto ha ingerido menos o más de la energía requerida. Empleando indicadores bioquímicos, inmunológicos o clínicos es posible detectar carencias de nutrientes. La evaluación del estado nutricional se puede completar con un estudio de los hábitos alimentarios o dietéticos de la persona, que permitirá conocer la causa de su estado nutricional y proponer medidas alimentarias correctoras. -Rodríguez VM, Simon E. Bases de la Alimentación Humana. Ed Netbiblo (2008).


Todo trabajo ligado al estado nutricional ha de tener como base principal el bienestar y la salud, tanto física como mental. No siendo apto a mi parecer, ningún método agresivo, sean cuales sean los objetivos y las circunstancias, que comprometa el estado físico o anímico de nuestro deportista. El fin no justifica los medios.


Me gusta emplear coloquialmente un símil, para hacer entender a nuestros deportistas, la importancia de no asociar una dieta o estructura alimenticia, con un régimen estricto y cerrado. Para ello les pongo el ejemplo de un armario lleno de ropa, que está desordenado, comparándolo con su forma de comer. No existe la necesidad de erradicar completamente las costumbres previas, al igual que no tenemos que tirar toda la ropa de nuestro armario cuando vamos a comprar ropa nueva. El enfoque ha de ser el correcto, para ubicar cada uno de los alimentos que encontramos en nuestra estructura alimentaria de manera productiva, y así conseguir optimizar nuestras necesidades fisiológicas y metabólicas.


El desarrollo del método y su evolución van ligados directamente a la propia evolución de la persona con la que trabajamos. El paso del tiempo, junto con un grado importante de control y disciplina en cuanto a los parámetros marcados, hará que nuestro deportista entienda de manera inequívoca la necesidad de comer correctamente, para optimizar tanto el rendimiento como la recuperación. Todo ello conseguirá que el sujeto, se vea sometido a diferentes “metamorfosis”:


-Antropométrica: su estructura y composición evolucionará y se adaptará a las necesidades y cambios, fruto del propio entrenamiento y la alimentación.

-Metabólica: el cambio en la estructura anteriormente citado, la disminución de grasa, el aumento de masa muscular, etc. hará que nuestro deportista tenga un mayor gasto calórico, y por lo tanto una adaptación continua y constante en cuanto a la ingesta de los diferentes alimentos.

-Anímica: quizás la más relevante en cuanto al principio de individualización. Encontramos casos donde, teniendo una TMB bien ajustada, unos datos hematológicos y bioquímicos correctos, y unas necesidades fisiológicas cubiertas en cuanto a la necesidad energética, nuestro deportista exige una mayor demanda calórica a la hora de realizar entrenamientos. Descartamos totalmente que se deba a una supercompensación negativa descontrolada, deshidratación, falta de sueño, etc. Encontramos además casos totalmente opuestos, que terminan por desmontar toda lógica. Deportistas noveles, que sin trabajo de base aparente, son capaces de aguantar largas horas de entrenamiento sobre la bicicleta, con una capacidad de recuperación asombrosa. Se entiende que los factores genéticos, juegan un papel determinante en todos estos casos. A nivel personal he de decir que, estudiados casos de deportistas de diferentes edades, en diferentes fases de la temporada, el aspecto anímico es demoledor en cuanto a los resultados de unos y otros.

-Alimenticia: todos los alimentos son tratados, elaborados y creados para generar adicción. Ya sea a través de su apariencia, olor, sabor, composición química, etc., todos los alimentos se ven sometidos a una serie de procesos a través de los cuales, el proveedor o fabricante trata de hacerlos irresistibles. Marketing. Se tiene constancia desde hace tiempo de que cierto tipo de enfermedades, van ligadas directamente al consumo de alimentos, que de una forma u otra, han sido sometidos a procesos de elaboración que han modificado su estructura, sabor, color y forma. Los conocidos como alimentos “ultraprocesados”. Hablamos de salud, principalmente, y de como puede afectar de manera directa el consumo de algunos alimentos, y/o la limitación que ejercen tanto en nuestro estado físico como anímico. Es por ello que el grado de evolución y comprensión de la metamorfosis alimenticia, va ligado directamente a la metamorfosis anímica. Podemos afirmar, de manera categórica, que existe el llamado síndrome de abstinencia, en casi todos los casos, ligado al consumo de azúcar y potenciadores del sabor (ácido glutamínico, glutamato monosódico, glutamato mopotásico… ). Es tal el factor condicionante que esta situación produce, que muchos de los sujetos que limitan o erradican el consumo de productos ultraprocesados, achacan la sensación de cansancio, fatiga, apatía, etc. a la falta de dichos productos. Estamos hablando de un claro proceso de evolución, pero sobre todo un proceso de desintoxicación de estos alimentos. Suelo exponer con todos mis corredores la siguiente teoría: preguntamos de manera independiente, que es lo primero que les ha venido a la cabeza cuando han sufrido la conocida “pájara” del ciclista (el tío del mazo).


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